sábado, 26 de octubre de 2013

Jovenes andaluzas y coreanas

Las jóvenes andaluzas y coreanas tienen algo en común. A parte de las hormonas y todo eso! Aunque bien tienen parte de culpa.

Ambos grupos tienen problemas en los que pensar: las andaluzas tienen la crisis, el desempleo, los cambios educacionales de Wert y las coreanas con el cabezón del norte ya tienen suficiente!

Pero NO! Esto no es lo que mas preocupa a estas jóvenes! Les preocupa la HOMOSEXUALIDAD!

Pero no su propia homosexualidad,  ni las de sus amigas.  Mas bien la de un ser en particular!

Las jóvenes andaluzas pierden la cabeza por Pablo Alboran! Por sus canciones, por sus pelillos de la barba y por si es gay!
Todas quieren pensar que no lo es, si les preguntas te dirán que noooo, pero en el fondo tooooodaas tienen la misma preocupación... Pero... Y¿ si lo es?

Razones no les faltan.. Su dulzura, su afloracion de sentimientos y que las malas lenguas dicen haberlo visto en hoteles acompañado por un chico las hacen dudar.

Las coreanas no son distintas, solo que se preocupan por el mismo hecho de G-Dragon, estiloso y tendencioso miembro de Big Bang. Sus modelos, su maquillaje y que cambia mas de peinado que beyonce y nicki minaj juntas ( ambas usan pelucas por que tienen el pelo mas quemado que la pipa de un indio) hace que millones de fans dejen de dormir por la posibilidad de que sea gay!

Y yo pienso, que mas les da que sea gay? Pero también he sido adolescente y todas tienen una mini esperanza en que algún día su ídolo las mire o las roce en un concierto o se líen con ellas y tengan 4 o 5 churumbeles, vivan en un caserón y ser felices para siempre!

Y algún día una de ellas sera la afortunada y las demás la odiaran a muerte un tiempo, hasta que vean que sui ídolo es feliz y caigan de la nube, pero que su ídolo sea gay eso las tira a todas de golpe de la nube y les rompe sus sueños de adolescente.

Así que por eso quieren seguir pensando que no son gays, porque mientras ellos canten y las deleiten ellas podrán tener fantasías  con ellos y no tener que pensar en la asquerosa realidad que les toca vivir.